En este espacio virtual buscamos concientizar sobre el cuidado del agua, recordando su importancia con la efeméride que la conmemora a nivel internacional.
El agua pura es un líquido insípido (no tiene sabor), incoloro (no tiene color) e inodoro (no tiene olor). El agua que utilizamos normalmente suele tener disueltas otras sustancias, sobre todo sales minerales.
Podemos encontrar el agua en tres estados diferentes:
Líquido
sólido
gaseoso
Los cambios de estado se producen cuando el agua pasa de un estado a otro al calentarse o enfriarse.
- Pasa al estado sólido (hielo) si se encuentra a 0° o menos
- Se mantiene en estado líquido (agua) entre 0° y 100°
- Pasa al estado gaseoso (vapor de agua) a partir de los 100°
El Programa de uso racional y eficiente del agua tiene como finalidad informar, concientizar, dimensionar e internalizar conceptos y conductas que permitan tomar conciencia sobre la necesidad de establecer mecanismos y sistemas que faciliten la posibilidad de disminuir la cantidad de agua utilizada a fin de hacer un uso racional y eficiente de la misma.
¿Qué es el uso racional?
El uso racional del agua refiere al control y gestión del consumo de agua. En términos concretos es un concepto incluido en la política general de gestión de los recursos naturales renovables, y asociado a un desarrollo sostenible que debe permitir el aprovechamiento de los recursos, en este caso, del agua, de manera eficiente, garantizando su calidad y evitando su degradación, con el objeto de no comprometer ni poner en riesgo su disponibilidad futura.
¿Cuál es la importancia del uso racional del agua?
El agua es un recurso renovable, limitado y escaso. El 2,5 % del agua disponible en el planeta es dulce. Es indispensable para el desarrollo de la vida, la humanidad y todos los seres vivos del planeta. Dependemos del agua para vivir, para consumo directo, para el desarrollo de alimentos, así como también, para un desarrollo económico. La falta de agua potable provoca muertes, enfermedades y daña a las poblaciones.
Los
árboles son una pieza clave para la salud del ambiente y para la economía
humana. Por otro lado, el agua es una pieza clave para la vida de nuestro
planeta. La relación de ambos puede mejorar o deteriorar nuestro hábitat, si no
tenemos en cuenta algunos conceptos.
Árboles y agua, relaciones necesarias para la vida
El uso
que históricamente se ha hecho de los bosques nativos, ecosistemas pilares para
el funcionamiento del sistema ecológico global y regional, ha sido amplísimo.
Dada su importancia en la regulación del clima y del ciclo del carbono, así
como para el mantenimiento de la biodiversidad terrestre, la sociedad vislumbra
la importancia de su conservación reemplazando su función de provisión de
madera y fibras por plantaciones forestales. Como consecuencia de ello, éstas
pasan a ser decisivas en la satisfacción de las demandas crecientes de la sociedad
sin exponer a los bosques nativos a su sobreexplotación.
La
actividad forestal basada en el cultivo de árboles tiene sus propios desafíos
en el marco de la sustentabilidad, entre los que el “agua”, como recurso
natural, cobra especial relevancia (si bien no es el único). Estos dos
integrantes del bioma –árboles y agua- poseen una relación recíproca: para
producir madera hace falta agua, y la vegetación arbórea impacta los ciclos
hidrológicos. Así, la escasez de este recurso genera mermas en la productividad,
impactando en la sustentabilidad económica de la actividad.
Por otro
lado, la producción forestal con especies de rápido crecimiento puede implicar
un impacto negativo sobre los recursos hídricos locales, amenazando la
sustentabilidad en términos ambientales.
¿PROBLEMAS
PARA LOS RECURSOS HÍDRICOS?
Las
especies de rápido crecimiento, es decir aquellas que normalmente se utilizan
en plantaciones forestales con fines comerciales, pueden utilizar varios miles
de litros de agua por día y por hectárea, pero menos del 2% de esa agua queda
retenida en la biomasa de los árboles. La gran mayoría del agua circula desde
el suelo por el árbol y vuelve a la atmósfera, formando parte del ciclo del
agua.
Plantaciones de pinos (coníferas exóticas) en cercanía de una laguna
Los
árboles, en general, poseen raíces profundas que pueden hacer un uso más
exhaustivo de los recursos hídricos disponibles en el suelo, en comparación con
la vegetación herbácea (pastos, cultivos agrícolas), alcanzado en algunos casos
la capa freática (o napa).
Ahora
bien, ¿cuándo es esperable un impacto negativo de los árboles sobre los
recursos hídricos locales? La respuesta depende de diversos factores,
destacándose:
La
especie de árbol (su uso de recursos, hábito foliar, profundidad de raíces,
etc.)
La tasa de
crecimiento de los árboles
El nivel
de cobertura de árboles
La
profundidad del suelo y su textura, y la distancia a la capa freática
El clima
La
superficie total forestada de la cuenca
La
distancia a cursos de agua superficiales
LA OTRA
CARA DE LA MONEDA
La otra
cara de la moneda de la relación recíproca entre árboles y agua, se refiere al
impacto de la sequía sobre el crecimiento y supervivencia de los árboles, ya
sea en bosques nativos como en forestaciones con fines industriales o de
remediación.
La variabilidad
climática, con mayor frecuencia de eventos de sequía y temperaturas extremas,
es una característica distintiva del cambio climático global. A su vez, la
actividad forestal se vería particularmente afectada por estar relegada a zonas
marginales para la agricultura, por la lógica competencia con este uso del
suelo más rentable en el corto plazo. De acuerdo a la región, los efectos del
cambio climático se sobre-imponen entonces a las limitantes propias de los
sitios de implantación.
Para
enfrentar estos desafíos deben desarrollarse normas de manejo para aumentar la
adaptabilidad, y seleccionar genotipos más resistentes al estrés ambiental.
Sequía, árboles y animales
EN
CONCLUSIÓN…
La sustentabilidad en la producción forestal, así como en otras
actividades productivas, requiere de conocimiento que permita la toma de
decisiones a distintas escalas espaciales y temporales, y por parte de
distintos actores.
En la
Argentina, se viene trabajando en estas líneas desde hace algunos años, con el
compromiso de contribuir al desarrollo de la sociedad sobre la base de
actividades productivas rentables pero aplicadas con una visión responsable
para con el medioambiente y adaptadas al desafío que impone el cambio climático
global.
El 22 de marzo de cada año se celebra el Día Mundial del Agua, la misma fué designada en 1992 por la Confederación de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, donde se propuso una fecha dedicada a la problemática de este recurso; la Asamblea General designó en 1993 el primer Día Mundial del agua.
Cada año, la ONU,establece un lema para plantear un desafío actual o futuro.
El vídeo "La vida en una gota de agua" nos permite conocer la diversidad de organismos que podemos encontrar en un charco de agua ,que constituye un microcosmos muy interesante integrado por organismos microscópicos como: nematodos, rotíferos, gusanos planos (planarias), protozoos, bacterias, euglenas, diatomeas,microalgas.
La importancia del agua para los seres humanos es tan evidente que constituye casi las dos terceras partes del peso del cuerpo y está presente en todos los tejidos corporales y en los órganos vitales: cerebro, pulmones, corazón, hígado y riñones. Es un elemento fundamental en procesos como la digestión y la absorción y eliminación de desechos metabólicos no digeribles. También estructura el sistema circulatorio y distribuye nutrientes hacia todo el cuerpo a través de la sangre. Además, el agua contribuye al mantenimiento de la temperatura somática, ya que ayuda a eliminar el calor sobrante con su salida en forma de transpiración y vapor a través de la piel. Por esta razón, la mayor parte del peso que se pierde durante un entrenamiento deportivo es agua, por evaporación y sudor.
A continuación, cuatro funciones vitales que realiza el agua dentro de nuestro organismo:
1.Regular la temperatura corporal: El organismo utiliza el agua para liberar calor cuando la temperatura ambiente es elevada; lo hace provocando la sudoración. El cuerpo puede perder hasta 1,5 litros de sudor por hora. Además, cuando hay un exceso de temperatura, la sangre abandona los capilares próximos a la piel para contribuir a mantenerla fresca.
2.Transportar los nutrientes y el oxígeno: Además de participar en el proceso de descomposición bioquímica de los alimentos que ingerimos, el agua, a través del sistema circulatorio, se encarga de transportar los nutrientes (minerales, vitaminas y glucosa) y el oxígeno a todas las células del cuerpo. El plasma sanguíneo se compone en un 91% de agua.
3.Eliminar las toxinas del cuerpo: Del mismo modo que provee de nutrientes, el sistema circulatorio recoge las sustancias de desecho que las células no necesitan y acaban siendo expulsadas a través de la orina y las heces, y también del sudor. El agua es vital para el buen funcionamiento de los riñones como órganos filtradores de las toxinas.
4.Lubricar las articulaciones: Gracias al agua del líquido sinovial nuestras articulaciones pueden funcionar de forma fluida. De hecho, beber poco líquido puede conllevar la aparición de lesiones y artritis. El agua también actúa como amortiguador y protector de los huesos y la columna vertebral frente a traumatismos, y también de otros órganos, como el cerebro, la médula y los ojos.
En la siguiente infografía encontrarás otros beneficios del consumo de agua:
Desde el punto de vista cuantitativo el agua es el constituyente principal del organismo humano, que contiene una proporción del 60%; asimismo, representa el constituyente más abundante en la mayor parte de nuestros alimentos en estado natural, a excepción de los granos. Por eso tiene un papel esencial para la estructura y demás caracteres de los productos vegetales y animales, de los que nos alimentamos: caracteres buscados en razón de su contribución a la apetencia (por ejemplo la textura de las frutas, legumbres, carnes, etc, dependen en gran parte, de la turgencia de las células y de la asociación específica y compleja entre el agua y otros constituyentes), pero estos caracteres también son, frecuentemente, responsables de su aptitud hacia el deterioro.
El agua no solo es importante como recurso vital sino también como recurso económico e industrial, ya que se usa en innumerables actividades industriales, que suponen un consumo elevado y casi siempre resulta contaminada.
A nivel mundial, la proporción de extracción de agua es aproximadamente 69% agropecuaria, 19 % industrial y 12% municipal. Este cálculo está dado a partir de la extracción total global para cada uso; y está fuertemente influenciado por unos pocos países que tienen una extracción de agua muy alta, en comparación con otros. Por otro lado, cuando se calculan las proporciones de agua extraída por uso para cada país, y se elabora el promedio global, se demuestra que “para un país dado” la proporción de extracción es de 59%, 23% y 18 %, respectivamente.
La siguiente gráfica muestra el crecimiento en la extracción del agua por uso en el último siglo.
En el último siglo la población mundial se incrementó 4.4 veces, mientras que la extracción de agua aumentó 7.3 veces en el mismo periodo; la extracción aumentó 1.7 veces más rápido que la población mundial. Sin embargo, como puede verse en el siguiente gráfico mientras la población mundial continua creciendo exponencialmente, el incremento en la extracción de agua se ha frenado en las últimas décadas.
Como puede observarse el mayor aumento en la extracción de agua tuvo lugar entre 1950 y 1960, período que corresponde con la implantación del modelo industrializador de desarrollo, impulsado después de la segunda guerra mundial.
Aunque el agua es el recurso más abundante del planeta, sólo el 3% se trata de agua dulce. Lo que más sorprende es que de ese porcentaje minúsculo, sólo el 1% está disponible para beber.
Los siguientes datos de consumo nos pueden hacer entender nuestro día a día en relación con el agua:
-Un baño: Entre 150 y 300 litros
-Ducha: 50-100 litros
-Cisterna: 10 litros
-Lavar los platos a mano: 23 litros.
-Un lavavajillas: Entre 20 y 40 litros.
-Una lavadora: Entre 40 y 80 litros de agua
-Descongelar un alimento bajo el grifo: Entre 15 y 25 litros
-Mantener el grifo abierto durante un minuto y medio, durante el lavado de dientes, puede gastar más de 18 litros.
-Lavado de coche con manguera: Entre 200 y 500 litros.
El acceso óptimo, es el consumo de una cantidad promedio de 100 litros por persona de agua abastecida de manera continua a través de varios grifos en el que se atienden todas las necesidades de consumo e higiene. De 50 a 100 litros por persona al día garantizan un nivel de afectación sobre la salud bajo.
América Latina es la región del mundo más rica en agua potable por habitante. El subcontinente posee más del 30% de este recurso a nivel mundial y, sin embargo, la mitad de sus habitantes, 300 millones, tiene acceso a un agua de mala calidad o carece de suministro periódico.
En el mundo, 1.100 millones de personas siguen careciendo de acceso a cualquier tipo de fuente mejorada de agua. Por este motivo, 1,6 millones de personas mueren cada año de enfermedades diarreicas (incluido el cólera), de los que un 90% son menores de 5 años.
Les propongo una actividad sencilla. Aquí hay tres cuentos diferentes: uno para leer, uno para escuchar y uno para ver. Los tres son diferentes, reflexionan sobre temas diversos y tienen una extensión diferente... Te invito a que los leas, veas y escuches y me comentes cuál te gustó más, porqué, qué le cambiarías, cómo lo mejorarías, y cuál mensaje te dejó para la vida.
Nos sumerjamos en el mundo literario y disfrutemos de estas tres historias y sus fantásticos personajes.
TRES GOTAS DE AGUA (Audiocuento)
EL NIÑO DEL NO Y EL AGUA (Cuento para leer)
Érase una vez un muchacho muy, muy desobediente al que su familia llamaba "el niño del No", porque cada vez que le ordenaban hacer algo, él hacía lo contrario. Si le decían que se levantara, él se quedaba en la cama. Si le decían que se vistiera, él se quedaba en pijama. Así una cosa tras otra y por eso su familia acabó olvidando su verdadero nombre y siempre se referían a él como "el niño del No". Se pasaba las horas viendo la televisión o delante de su ordenador y no respetaba ni a nadie ni a nada. Por ejemplo: si iba al baño, dejaba la luz encendida, y cuando le decían que la apagara él respondía: "ahora, ahora", pero no se movía del asiento. Si abría la nevera, la dejaba abierta y, cuando le decían que la cerrara, él respondía: "ahora, ahora", pero no se movía del asiento. Siempre hacía lo contrario.
Un día de esos en los que tienes la sensación de que va a ocurrir algo mágico "el niño del No" abrió el grifo del lavabo para lavarse la manos, pues las tenía pringadas de chocolate y se fue al salón a ver la tele, dejando el grifo abierto. Su madre, al oír caer el agua desde la cocina, le dijo: "¡Cierra el grifo!", y "el niño del No" respondió "ahora, ahora" y siguió viendo la tele. Su padre, al oír caer el agua desde su despacho, le dijo: "¡Cierra el grifo!", y "el niño del No" respondió: "ahora, ahora" y siguió viendo la tele. Su abuelo, al oír caer el agua desde su cuarto, le dijo: "¡Cierra el grifo!", y "el niño del No" respondió: "ahora, ahora" y siguió viendo la tele.
Al cabo de un buen rato, "el niño del No" sintió sed y gritó desde el sillón: "mamá, tráeme un vaso de agua", pero nadie respondió. Entonces gritó: "papá, tráeme un vaso de agua", pero nadie respondió. Entonces gritó: "abuelo, tráeme un vaso de agua", pero nadie respondió. Refunfuñando, se levantó para beber un vaso de agua pero, cual fue su sorpresa cuando, al abrir el grifo, no cayó ni una gota.
"¿Dónde está el agua?", se preguntó, y empezó a buscarla por todas partes. La buscó en los cajones y en los armarios, en las habitaciones y debajo de las camas, buscó en el trastero y hasta miró por la ventana por si el agua se había ido de paseo. Entonces pensó: "grifo tonto, seguro que se ha atascado", y metió uno de sus dedos en el grifo para comprobarlo. Y en aquel momento, desde el dedo que tenía dentro del grifo hasta los dedos de los pies, "el niño del No" se convirtió en una gota de agua y se coló por el desagüe.
Mientras se deslizaba por las tuberías como si bajara por un enorme tobogán "el niño del No" gritaba "¡que no sé nadar!” Y estuvo cayendo y cayendo hasta llegar a un río subterráneo. Allí se encontró con otras gotas que le miraban raro. Él decía: "¿qué miráis?", y las gotas respondían "glub, glub". Sin saber hasta dónde iba, recorrió junto a las otras gotas el camino del río subterráneo hasta llegar a una laguna, donde millones de gotas esperaban.
"¿Qué hacéis aquí?" - preguntó "el niño del no". Y las gotas respondían: "Glub, glub". Una gota que hablaba el lenguaje de los niños, se acercó y le dijo:
- "Vamos a crear electricidad".
- "¿Para qué?", preguntó el niño.
- "Para muchas cosas", respondió la gota. "Para que tengas luz en tu casa, para que los electrodomésticos, como la nevera o la lavadora funcionen... ¿Quieres ayudarnos? Ninguna gota sobra".
Y "el niño del no", para no variar, contestó: "no. Prefiero irme a mi casa a jugar con el ordenador". "Pues para eso hace falta electricidad", le explicó la gota.
De repente, una gota que parecía mandar más que las otras gotas, dio la orden y todas las gotas se prepararon para crear energía. Como si fueran una sola, se abalanzaron contra una pared, formando montañas de espuma, mientras el niño del no las observaba desde atrás. Miraba cómo trabajaban juntas, cómo sudaban la gota gorda para que él pudiera tener electricidad en su casa y recordó lo que le había dicho la gota que hablaba el idioma de los niños: "ninguna gota sobra". Y sintió por dentro algo que sólo se puede sentir en uno de esos días en que algo mágico puede ocurrir: sintió la necesidad de ayudar. Y se unió al resto de las gotas para crear energía.
Cuando hubo terminado, se coló por una cañería y regresó nuevamente al grifo de su casa y se transformó en niño nuevamente. Dio muchos besos y abrazos a sus padres y abuelo y, aunque ellos no creyeron su historia, comprobaron que algo había cambiado, porque si le pedían que pagara la luz, en lugar de decir "ahora, ahora...", decía "ahorra, ahorra..." y la apagaba corriendo, pues había comprendido la importancia de ahorrar energía y el enorme esfuerzo que suponía crearla. Y con el tiempo dejaron de llamarle "el niño del no" y recuperó su nombre.
La literatura nos permite expresar nuestros sentimientos y valorar lo que nos importa. En este caso el agua como recurso natural y vital para la existencia del ser humano sobre la tierra. Aquí les comparto un poema de Julia de Burgos titulado Agua, Vida y Tierra. Además, una canción que puede ayudar a darnos cuenta con qué tipo de acciones podemos contribuir al cuidado del agua... la literatura siempre al servicio del cuerpo y el alma del ser humano. AGUA, VIDA Y TIERRA
Yo fui estallido fuerte de la selva y el río,
y voz entre dos ecos, me levanté en las cuestas.
De un lado me estiraban las manos de las aguas,
y del otro, prendíanme sus raíces las sierras.
Cuando mi río subía su caricia silvestre
en aventuras locas con el rocío y la niebla,
con el mismo amor loco que impulsaba mi sueño,
lejos de sorprenderlo, me hospedaba en las sierras.
Pero si alguna sombra le bajaba a los ojos,
me repetía en sus aguas hasta dar en la arena,
y era mi grito nuevo como un tajo en el monte
que anegaba las calles y golpeaba las puertas.
A veces la montaña se me vestía de flores
e iniciaba en mi talle curvas de primavera.
Quién sabe en qué mañana se apretaron mis años
sobre senos y muslos y caderas de piedra!
Se treparon mis ojos al rostro de los árboles
y fueron mariposas sus vivas compañeras:
así es como en los prados voy buscando las flores,
y alas pido en las almas que a mi vida se acercan.
Mis dedos arañaron la fuerza de los riscos,
y juraron ser índices de mis futuras vueltas;
por eso entre los cuerpos doblados de los hombres,